Capítulo 2
Este mundo pasó por un gran desastre. Hace unos 50 años repentinamente
aparecieron monstruos. Vinieron del suelo, el cielo y el mar. Hicieron un
ataque imprevisto contra la raza humana y casi nos aniquilaron. Las armas que
habíamos desarrollado durante miles de años eran inútiles. Estos tipos tenían
la piel anormalmente dura y se necesitaron docenas de balas para derribar a
uno. Teníamos aproximadamente cientos de miles de ellos solo en nuestro país.
Disparamos nuestras armas, movilizamos tanques y también
disparamos misiles. Pero estos monstruos aprendieron a protegerse. Eran lo suficientemente
inteligentes para excavar bajo tierra, evadir nuestras armas y salir solo de
noche para continuar con sus ataques.
Apenas pudimos impedir que la ciudad se derrumbara y se
convirtiera en un desastre total mediante la movilización de un grupo de
soldados, pero el desastre no se detuvo allí. Con el paso del tiempo,
aparecieron enormes agujeros dentro de toda la ciudad. El agujero negro se hizo
cada vez más grande hasta que un día una corriente de monstruos comenzó a salir
de él. Probamos de todo. Le dispararon, le arrojaron granadas... pero no desapareció.
Corea del Norte activó una bomba nuclear. Por supuesto, el
resultado fue desastroso y Corea del Norte que provocó su colapso en el evento,
fue absorbida por China a un ritmo aterrador. Lo que solía ser Corea del Norte
se convirtió en una región autónoma de China.
Más tarde hubo un incidente en el que un explorador entró en
el agujero negro y salió con vida. Él personalmente había sido testigo de los
monstruos que se agrupaban dentro de ese agujero y de alguna manera lo
sobrevivió. Una coincidencia que solo se puede decir que es un milagro.
Usando su testimonio y dándose cuenta de que más monstruos
vivían en ese agujero, se envió un ejército entero para encargarse de todos
ellos. Los resultados fueron desastrosos. Los monstruos en el agujero
resultaron ser mucho más poderosos que los que vagaban afuera. Y además de eso,
dentro del estrecho espacio de la mazmorra, el ejército no pudo usar
estrategias o cualquier otra cosa que hubiera ayudado.
La humanidad no tuvo más remedio que crear una línea
defensiva alrededor del agujero y recurrir a simplemente tratar de luchar
contra los monstruos más débiles que salían de él. Y entonces... apareció un
hombre.
Lee Wheeseung.
Este hombre, equipado con no más que una espada, había
entrado en la mazmorra y había aniquilado a los monstruos allí. Había matado
monstruos, cuyas pieles no podían ser penetradas ni siquiera por las balas, con
solo una espada. Esto no solo llamó la atención del país, sino que se extendió
por todo el mundo.
El secreto de su éxito no era otro que el libro de
habilidades que dejaban caer los monstruos. Estos tipos rara vez mueren, pero
cuando lo hacen, dejan caer su libro de habilidades, aunque con una
probabilidad muy baja. Afortunadamente, Lee Wheeseung adquirió y aprendió un
libro de habilidades llamado "Espada de Pedro". Siendo el primero de
la humanidad en ser capaz de limpiar una mazmorra, básicamente monopolizó la
fortuna encontrada dentro de las mazmorras.
De la fortuna que adquirió mientras despejaba mazmorra tras
mazmorra, comenzó a ganar fama también en toda Corea. Se convirtió en el mejor
cazador y en la mayor celebridad. Las contrataciones para comerciales llegaron
ola tras ola, incluso hizo algo de música aquí y allá, y también apareció en
varias películas. En un momento ridículo, fue el candidato presidencial número
uno. Pero odiando la política, nunca se postuló. Si lo hubiera hecho, habría
sido nombrado presidente. No hay duda de eso. Al final, terminó casándose con
la líder del grupo de chicas más popular de Corea y vivió feliz para siempre.
Sin embargo, si realmente lo piensas, no puedes decir que
fue toda su suerte. Honestamente, si el libro de habilidades llamado Espada de
Pedro fuera sido recogido por alguien más, toda esa suerte habría pertenecido a
otra persona. Simplemente estaba en el lugar correcto en el momento correcto y
lo consiguió todo.
"¿Hmm...?"
Cuando abrí los ojos el autobús había pasado a Shinchon y se
dirigía hacia Yeonshin. Eso me despertó de inmediato. Rápidamente me levanté y
me apresuré a bajar. El autobús que regresaba al lugar de donde yo venía aún no
había llegado. Mirando el horario del autobús, serían otros 20 minutos hasta
que llegara.
Miré a mí alrededor mientras esperaba en la parada del
autobús. Había una estudiante con audífonos escuchando música. Y también estaba
un asalariado de mediana edad. Eso era todo.
Pasaron varios autobuses y justo en el momento que bostezaba
por el aburrimiento, por fin llegó el autobús 1500 que había estado esperando.
Algo era extraño. El autobús se tambaleaba como si estuviera
bailando y no parecía que se detuviera.
"Mierda."
El interior del autobús estaba completamente manchado de
sangre. Un monstruo estaba trepando por el autobús. El conductor parecía como
si ya estuviera muerto. El autobús estaba acelerando, probablemente el
conductor murió con el pie todavía sobre el pedal.
*¡Crash!*
El autobús retumbante se estrelló contra una tienda cercana.
Se volcó por el impacto y el monstruo se asomó por la puerta abierta.
Grité de inmediato a todo pulmón.
"¡Corran!"
El hombre de mediana edad comenzó a correr con cara de terror,
pero la chica estaba parada allí leyendo su maldito libro. Creo recordar haber
visto esta escena exacta en una película alguna vez. Un monstruo aparecería
pero la chica extra, leyendo un libro con auriculares en su cabeza, es
devorada. Maldición.
Mierda, mierda, mierda.
Agarré su mano y comencé a correr.
"¡¿Qué, qué estás haciendo?!"
“¡No hay tiempo para explicar! Si necesitas saberlo, ¡mira
detrás de nosotros! "
"¿Hee eek?"
La chica colapsó en el suelo. Parece que perdió la fuerza de
sus piernas. ¿Qué puedo hacer? Solo la levanté. ¿Recuerdas que te hablé de esas
sentadillas? Fue útil, ¿no? Practico 3 series de sentadillas. Llevar a una chica
que parecía pesar apenas 100 libras no era nada para mí.
El problema, ahora era si podría dejar atrás a ese monstruo.
Ruido sordo. Ruido sordo. Ruido sordo.
Gire para mirar al monstruo. Tenía alrededor de unos 3
metros de altura con una piel gruesa y un cuerpo musculoso. Poseía un cuerpo
humanoide con garras afiladas de unos 30 cm en ambas manos. Sus dientes también
se veían filosos como cuchillas. La estructura de su mandíbula parecía muy estrecha
y fuerte, se sentía como si estuviera diseñada para masacrar en lugar de
desarrollada para la comida.
Por un instante me preguntaba si podría enfrentarme a esta
criatura. Incluso si no tuviera esas garras y dientes, al tener extremidades
más largas y un mayor alcance, gozaba de una ventaja abrumadora.
La respuesta estaba clara.
Correr por mi vida.
"¡Haaaa!"
*¡Crash!*
Toda la estación de autobuses se arruino, como si fuese un
trozo de papel rasgado.
Esa cosa era como mínimo un monstruo de nivel 4.
¿Podría incluso escapar de él?
*¡Swoosh!*
*¡Crash!*
Mierda. Esa criatura salto frente a mí. Al impactar, los
restos de hormigón se partieron y esparcieron. Un trozo golpeó mi mejilla e
hizo un corte largo.
"¡Maldición!"
Empezó a balancear su mano.
Salté hacia atrás para mantenerme fuera de su alcance.
*¡Crasssh!*
*"Ugh…"*
Pude sentir una sensación fría en mi espalda. No tuve tiempo
de comprobar los daños ni ponerme a pensar en el dolor. Poder comprender la situación
racionalmente por un instante, significa que no es estoy del todo en un estado
de estupor.
La chica estaba en el piso de concreto gateando
desesperadamente mientras avanzaba para alejarse. Podía ver sus medias negras
rasgándose por el roce contra el solido suelo
Me levanté apresuradamente y volví a agarrarla del brazo.
¡Swish!
*¡Crash!*
Las garras del monstruo se clavaron en el área donde
estábamos hace un momento.
Al menos había una esperanza.
"El movimiento es más lento de lo que pensaba".
Comparado con su fuerza y sus locas habilidades para
saltar, sus movimientos eran lentos. De lo contrario, en el instante que la
chica y yo intentábamos alejarnos habríamos quedado atrapados en las garras de
ese monstruo.
Tomé esa pequeña esperanza y corrí como un demonio. Al menos podríamos lograr escapar..
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